Fairway en Santiago, lo visto y oído

Compilamos lo más relevante y/o anecdótico de la feria empresarial más importante sobre el Camino de Santiago

Del 10 al 12 de febrero se acaba de celebrar en el palacio de congresos de Santiago de Compostela la tercera edición del Fairway, Forum del Camino de Santiago, que nació como una feria especializada bianual, aunque visto el éxito de la convocatoria, la periodicidad se está reduciendo, pues la última tuvo lugar en noviembre de 2017. El cambio de fecha creemos que ha sido un acierto, ya que se sitúa justo después de FITUR, la gran feria nacional del turismo, y antes de que comience la campaña para el sector del Camino.

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Sesión del foro destinada al Xacobeo 21
Sesión del foro destinada al Xacobeo 21

Visto

La feria ha sumado 67 expositores, con fuerte presencia institucional (agencias de turismo de Aragón, Navarra, La Rioja, Castilla y León, Galicia, Cantabria o Asturias, diputaciones de A Coruña, Lugo y Pontevedra, mancomunidades de ayuntamientos gallegos como las del Camino Francés y O Salnés, ciudades y pueblos por libre como Santiago, A Coruña, Mondoñedo, Padrón y Ponferrada) y de algunas asociaciones de turismo del país (Camino Inglés, Costa da Morte-Solpor, Fisterra, Ruta Muros-Noia).

Allende las fronteras ha llegado el boom del Camino Portugués (tanto Central como de la Costa a través de sendas agrupaciones de municipios), el Camino de Kumano por medio de la Casa Galicia-Japón y, desde el centro de Italia, el Cammino di San Francesco, ruta día a día más frecuentada y que bebe en la exitosa experiencia del Camino de Santiago, aunque la impronta religiosa tiene, por el momento, un mayor peso.

Las empresas han estado bien representadas, entre ellas dos públicas (Correos, patrocinador del evento desde su inicio, y Paradores) y un peso pesado como El Corte Inglés. También estuvieron presentes algunos hoteles (Hesperia), firmas de transporte (autobuses Freire, naviera Bahia Sub, Cycling the Camino, Traslados Compostela), asociaciones de hosteleros (Cluster de Turismo de Galicia, Agatur, Aviturga, Red de Albergues, Agalber, Peregrinos por el Norte), agencias de viajes y comercializadores especializados (Viloria, Tee Travel, Pilgrim, Caminoways, Sloways, Experiencias del Destino), suministros de hostelería, más aplicaciones por si no hubiera bastantes, servicios de conexión wifi permanente en la ruta, etc. En este grupo también habría que incluir a la Catedral de Santiago con sus museos, la reciente gestión del Pórtico de la Gloria y sus tiendas.

Entre la oferta de productos o servicios relacionados con el Camino había un poco de todo: conchas personalizadas que no eran vieiras; literas de metal a prueba de bombas y chinches para albergues; representación y distribución comercial, tecnología y domótica para hoteles, máquinas de vending –cómo odio esta palabreja–, ropa deportiva, camisetas, juegos y obleas jacobeas, orfebrería, helados artesanos… y hasta la credencial electrónica del Proyecto Aymeric, nada que ver con el premio, por supuesto.

Como nota más humana, y sobre todo canina, la Asociación Protectora de Animales en el Camino y sus desvelos para que no apadrinemos perros aburridos o hambrientos por la ruta, que luego no se despegan del caminante hasta Fisterra.

Como se puede comprobar, el Camino es un filón que alimenta muchas bocas, y el Fairway un Far West al que acuden aventureros en busca del oro generado por las flechas amarillas: algunos lo conseguirán y otros, como en los filmes, perecerán con una flecha, de otro tipo, en la espalda. El océano, además de macro y micro plásticos, está repleto de ideas brillantes que se han quedado, nunca mejor dicho, por el camino.

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Zona de la feria con los stands
Zona de la feria con los stands

Oído

Acudimos el 11 de febrero a todas las sesiones del Congreso. La primera versa sobre el Camino como viaje experiencial y vivencial, qué nos van a contar… Hablan consultores de marketing, responsables de comunicación y de agencias como Emoturismo o Experiencias del Destino. David Mora incide en que la relación con los demás es el principal valor a vender del Camino. José Cantero, cuyo único vínculo con la ruta jacobea es haber escrito un artículo en un blog, se centra en el gran viaje experiencial de Sarria a Santiago, donde al parecer uno puede pensar en todo lo divino y humano y encontrarse consigo mismo. Cuando le preguntamos si no le parece poquito tiempo para adentrarse en la realidad del Camino, responde que “las grandes experiencias pueden lograrse en un minuto”, que el tiempo no es lo importante, sino la intensidad, lo que nos parece disculpa de padres muy ocupados que solo ven a sus hijos el domingo. El caso es embaucar con lisonjas y vender, a la postre, humo a consumidores incautos.

Mucho más centrada Helena Perelló, de Atrápalo, identifica el Camino con un viaje interior y de transformación, que supera el consumo para alcanzar la experiencia. El peregrino suele fiarse de la comunidad de usuarios, porque ante la mentira de otras ofertas busca algo diferente: el Camino sería un logro, en la pirámide de las necesidades humanas, que se sitúa en el escalón de la autorrealización y la transcendencia, una experiencia única e irrepetible, auténtica, relevante y perdurable. No se trata de un destino más, es el Camino. Pese a que es teoría tópica e idealista, o acaso por ello, la suscribimos al 100%.

En la segunda sesión, sobre el Xacobeo 21, más allá del discurso institucional, que versa sobre participación social y planes de dinamización en aras de una mayor internacionalización del fenómeno, extraemos algunas perlas:

El vicepresidente de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, Juan Guerrero, solicita un esfuerzo en la difusión de las diferentes rutas a Santiago, pues ciertos caminos se encuentran marginados en los planes públicos. Asimismo advierte del riesgo que entrañan el cortoplacismo de las programaciones, la banalización de la experiencia y la saturación de ciertos tramos o en determinadas épocas del año. Añade que “el Camino es mucho más que Galicia”, y que habría que prestar especial atención al peregrino de largo recorrido y revisar el criterio de los 100 km para conceder la Compostela. “Sin peregrinos –concluye– no habrá Camino”.

Opina el Director General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Enrique Saiz, que no es fácil tomar decisiones sobre un bien patrimonial tan complejo y extenso como el Camino, tan sólo el Francés con 450 km en su comunidad. Recalca el riesgo de la excesiva proliferación de caminos jacobeos, pues si todo es Camino de Santiago, al final el Camino nada valdrá.

Como contrapunto el deán de la catedral compostelana, Segundo Pérez, centra su intervención en que los caminos sin meta carecen de sentido, y se convierten en una feria. Valora la manifestación de la religiosidad popular, y que en los peregrinos anide la búsqueda de la transcendencia, y no parece compartir la idea, acaso pensando en el Pórtico de la Gloria, de que se supriman rituales simbólicos de contacto. Santiago no puede ser un lugar de paso, sino el único fin, y no se puede hablar del Camino, como hoy se hace frívolamente, sin añadir a Compostela. En cuanto a la pregunta del público sobre modificar la norma de los 100 km para obtener el certificado, contesta: “Mientras yo viva no se va a modificar nada, porque lo que acordó en su día el cabildo es muy difícil de rectificar”. Tanta seguridad y firmeza parecen aludir a un mandamiento de las Tablas de la Ley, y no a una norma reciente que responde a un momento histórico, hace cinco lustros, que ya nada tiene que ver con el presente, pero sostenella y no enmendalla parece ser la fortaleza de los filósofos rancios, que además ocultan las auténticas razones del enroque.

La última sesión del día versó sobre la seguridad en el Camino, y allí salieron a relucir los medios de que disponemos para garantizarla, la escasa tasa de delitos del Camino en relación con las medias del país o autonómicas, la alarma social infundada que pueden crear algunos casos como el de Denise Thiem, los servicios sanitarios, las agresiones sexuales y medios no siempre lícitos para repelerlas (esprais), robos y hurtos realizados por falsos peregrinos o bandas foráneas, abusos de hosteleros, ilegalidades en la acogida,… en fin, un relato que parece salido de las advertencias de la guía calixtina en el s. XII, aunque de aquella se hablaba también mucho de las rameras, y ahora más bien de tipos despistados que se pierden por no prestar atención a las señales o se meten por la nieve en pleno invierno.

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador