Publican una guía del Camino Catalán

La guía es de mucha calidad y, sobre todo, útil: bien editada, mapa claro y preciso de cada etapa, también un pequeño gráfico de desnivel, descripción detallada del recorrido con muchos puntos de referencia y distancias parciales y acumuladas, información —demasiado parca— sobre los alojamientos, y pequeños apuntes culturales suficientes para la mayoría de los usuarios. En la ficha técnica de la etapa hasta incluye el nivel, sobre un máximo de 4, de sombra; como diría Jesulín de Ubrique: im presionante. No es, ni de lejos, la típica chapuza que suelen editar —en papel, web o app— algunas administraciones públicas sobre los caminos de su competencia.

La estructura de las etapas está claramente inspirada en la anterior guía de este mismo camino, publicada en 2006 y reeditada en 2010 —Cossetània en catalán, Lectio en español, Hamm Verlag en alemán—, y cuyo autor —que también se inspiró en guías anteriores— es quien firma este artículo. Con más de 13 mil ejemplares vendidos, damos por cumplido el objetivo. Afortunadamente, la guía recién editada es nítidamente superior en todos los aspectos a la que ahora sustituye, como lo son los recursos destinados. E incluye más caminos:

1. El Camino de Girona, con doble inicio en Le Perthus y El Port de la Selva. Este camino termina en Montserrat, aunque el autor, por motivos prácticos, lo alarga hasta Tàrrega.

2. El Camino de Barcelona a Montserrat.

3. El Camino Catalán por San Juan de la Peña.

4. El Camino Catalán por Lleida y Zaragoza.

5. El Camino del Ebro, que por algún motivo que desconozco el autor empieza en Tortosa, en vez de iniciarlo en el mismo Delta.

6. El Camino desde Les, en la Vall d’Aran, a Bergebal, cerca de Huesca. Un camino desconocido que —quizás— impuso la Diputación de Huesca para equilibrar el número de etapas entre Catalunya y Aragón.

Que las administraciones de Catalunya y Aragón hayan colaborado en un mismo proyecto en el ámbito de la cultura es positivo, y evita el bochorno de que las etapas finalicen súbitamente en una frontera administrativa que, para los peregrinos, es irrelevante. Y ejemplos de ello, tenemos unos cuantos. Los caminos tienen sentido en su integridad. Otro acierto ha sido poner el trabajo en manos de un autor profesional, con experiencia en caminos en distintos países.

En la parte negativa está que no cuenta con una página web de apoyo, donde descargar los tracks y listar las posibles erratas, cambios relevantes (cierre o apertura de nuevos albergues), etc.

Los caminos de los que trata la guía no han caído del cielo, tienen una historia, detrás de la cual hay personas y asociaciones que llevan 20 o 30 años trabajando en la señalización, mantenimiento y negociando lugares de hospedaje económico. Una mención a su dedicación, aunque fuera breve, hubiera sido de justicia.

Este libro marcará un punto de inflexión en el éxito de los caminos jacobeos catalanes, así pues, felicitamos al autor, a la editorial, y a las demás personas que han participado en el mismo.

Quien quiera recorrer los Caminos de Santiago por Catalunya y/o Aragón… ya no tiene excusa.