Sarria dedica un gran mural a Elías Valiña, el «cura de O Cebreiro»

Peregrinos que pasáis, que diría el bardo, no os olvidéis de la razón por la que estáis aquí: una historia milenaria, sí, pero también el tesón de algunos precursores que, contra viento y marea, documentaron y señalizaron esta ruta para vosotros. Y si ya habéis tenido una buena oportunidad para saberlo en O Cebreiro, que es donde ejerció don Elías como párroco tres décadas, ahora lo podréis recordar a lo grande en Sarria, ese ojo del huracán jacobeo.

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Mural en memoria a Elías Valiña, Sarria.
Mural en memoria a Elías Valiña, Sarria.

El concello de Sarria deseaba realizar, añadimos que por fin, el homenaje debido a uno de sus hijos más ilustres (Valiña nació en 1924 en Mundín, aldea de la parroquia de Santa María de Lier próxima a Perros y Aguiada, en la confluencia de las variantes de San Xil y Samos). Lo ha hecho apostando por caballo ganador, y éste no es otro que el muralista Diego As, recientemente reconocido por su obra de Julio César, sita en una medianera inmediata a la muralla romana de Lugo, como mejor grafitero urbano mundial de 2021.

Pero aunque se te den bien los césares, esto no presupone que también lo puedas bordar con los anónimos héroes contemporáneos. El resultado está a la vista, porque por una parte ha elegido una imagen de Valiña que no resulta idónea, cuando participaba en la I Semana de Estudios Históricos de 1986 tocado de bordón con calabaza, añadiéndole en la mano libre una brocha con pintura amarilla.

Si a nadie se le ocurre que de esta guisa alguien vaya a pintar flechas, aunque en la iconografía del santoral cabe todo, pues lo que se pretende es crear perfiles icónicos o alegóricos, aquí estamos hablando de un personaje reciente que, por arte de birlibirloque, se ha transformado en una especie de marca comercial al aparecer acompañado de grandes letras, y de una coronita que podría servir de emblema a cierta cerveza de allende los mares (tal vez en competencia con otra local que ha llenado de murales los caminos Francés y Portugués).

La representación se sitúa en la Rúa Benigno Quiroga, según cruzamos el río y giramos a mano derecha camino de la famosa escalinata, en una zona baja de la población donde el rápido y mal planificado crecimiento en altura ha propiciado la existencia de brutales dientes de sierra en las manzanas. Al menos, la inmensa medianera de 20 m entre un edificio tradicional de dos plantas, al que fue adosado otro moderno de siete, se ha dignificado, ofreciendo a los peregrinos «miopes» la oportunidad de informarse un poco, falta hace, y a los enterados de refrescar la memoria.

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador