Si cruzar el Pont Valentré constituye una experiencia inolvidable, la cuesta que nos aguarda también será memorable: 15 minutos de vértigo por una senda tallada en la roca, y provista de escalones, hasta un depósito de agua. Si miramos hacia atrás obtendremos una curiosa visión del puente, con sus tres torres en línea, y a posteriori de la ciudad abrazada por el meandro del Lot.
Entre pinos, primero, y robles, después, por el Chemin de la Croix Magne nos aproximamos a la D820 (Rocade), que seguimos en paralelo (Chemin de la Pierre che Ruole) hasta dar un giro completo para pasar bajo ella.
3,6 Cruce de la D820 (Rocade). Por un valle cultivado dejamos a la derecha la gîte Chez Carlos (café de donativo) tomando la Route de Matieux, de la que nos apartamos para subir a La Rozière.
2,2 La Rozière.