Gronze 2024: estadísticas, pasado y futuro

Hemos sustituido la herramienta que nos permite medir el tráfico, cambiando la obsoleta Universal Analytics (GA3) por Google Analytics 4 (GA4). No es una mejora incremental, como parece dar a entender el paso de la versión 3 a la 4, sino de modelo: la versión antigua se basaba en la “carga de páginas” (difícil de definir en una app) y el modelo actual en “eventos” (permite una mayor precisión en los datos y una mejor comprensión del comportamiento de los usuarios). Pero dejemos para los expertos las cuestiones técnicas. Lo importante es que GA filtra muy bien el tráfico humano del no-humano.

El cambio de GA3 a GA4 elimina los conceptos “visitas” y “páginas/vistas”, e introduce los conceptos “sesiones”, “vistas” y “eventos”. No son comparables ninguno de ellos, por la distinta naturaleza metodológica, lo que nos impide usarlos para conocer la evolución del tráfico del 2023 al 2024. Podemos, sin embargo, usar indicadores indirectos, que apuntan a un crecimiento del 15%, lo que es coherente con el crecimiento de peregrinos y un entorno (respecto a lo que nos afecta) que ha sido estable.

En 2024 hemos tenido 20,4 millones de sesiones, 56 millones de vistas y hay 48.342 móviles activos con la app Gronze Maps instalada.

Por lo que respecta a nuestra app ha sido un año fantástico, con una buena acogida y un uso que se ha incrementado con fuerza. Debemos tener en cuenta que compite con apps que llevan muchos años activas y están consolidadas en el mundo jacobeo, y por las que tenemos respeto y consideración.

Dos reflexiones.

Primera. Hemos sufrido este año insólitas —por su duración e intensidad— olas de calor. Algunos albergues de la Vía de la Plata han decidido cerrar los meses más calurosos, algo que jamás había ocurrido antes, y que hace tan solo 10 años hubiera sido impensable. El calor se está convirtiendo en una maldición para quienes optan por los meses clásicos de vacaciones, por su impacto en el cuerpo humano, además del aumento en el riesgo de grandes incendios forestales o inundaciones, y a la cada vez más obvia degradación de los ecosistemas. Es el nuevo paradigma. 

Segunda. Existen 47 empresas del “Camino de Santiago organizado” (sin contar con las que solamente transportan la mochila). Nada voy a escribir en contra de empresas del sector que funcionan legalmente. La cuestión es que una “gran oferta” necesita encontrar una “gran demanda”, y para ello elaboran (legítimamente, por supuesto) campañas de márketing que, sumadas todas ellas, y en conjunto, dan como resultado un “relato” sobre el Camino de Santiago que, año tras año, va calando en la sociedad. El relato de que lo “normal” es hacer el Camino con una empresa que te diga las etapas, te elija y reserve los alojamientos, te diga cuándo salir por la mañana y cuándo llegar por la tarde, con quién caminas y con quién no, con un guía para que no te pierdas, siempre con un coche de apoyo, y te lleve la mochila para que no sufras (?). Un relato que se impone sin contemplaciones a su contra-relato, poco efectivo por su corto alcance, pues solo lo promueven algunas asociaciones (ni siquiera todas) o peregrinos que defendienden la “peregrinación tradicional”. Otro nuevo paradigma. Por otra parte, quizás no se trate de defender el camino “al estilo tradicional” (el sector joven lo puede interpretar como anticuado), sino de defender y promover un camino “con sentido y pleno”.