Etapa 5: Viana do Castelo - Caminha | Al Loro

Distancia: 
26,8 km
Duración: 
6 h 45 min
Dificultad: 
3
Paisaje: 
3

Desde Viana do Castelo hasta Vila Praia de Âncora podemos utilizar la ruta oficial, que va por el interior, un tanto rompepiernas pero con buenas vistas, o bien seguir intuitivamente el litoral por playas y pasarelas, sin flechas pero sin pérdida posible. La distancia en ambas opciones resulta similar.

La ruta oficial pasa por la Quinta da Boa Viagem, una mansión reconvertida en hotel rural, y la Quinta de Cabanas, antiguo convento benedictino ampliado en el siglo XVII, con su iglesia y su claustro, y situado en un paraje idílico.

Durante la jornada pasaremos ante numerosas alminhas o capillitas a pie de calle, por lo general dentro de hornacinas, con imágenes y velas encendidas. Son una muestra de la profunda religiosidad popular que perdura en las zonas rurales de Portugal.

El tramo entre Moledo y Caminha es paralelo a una carretera y muy aburrido. La opción más recomendable sería desviarse siguiendo la orilla del mar y cruzar la Mata do Camarido, con una playa preciosa y un bosque de pinos declarado Parque Nacional, por el que llegaremos al estuario del río Miño. El rodeo supone apenas 1,1 km más de camino, y vale la pena.

Además de un buen menú a precio portugués, en el restaurante Casa dos Caracois podemos degustar decenas de recetas con este molusco gasterópodo: caracol à pescador, caracol na chapa, feijoada de caracol, caracol frito, tortilla de caracol…

Sobre Caminha:

En la localidad hay la bifurcación más importante de este camino: podemos enlazar con el Camino Portugués Central en una jornada (etapa Caminha - Tui), siguiendo un día más en Portugal; o bien continuar el Camino Portugués de la Costa hacia Vigo (etapa Caminha - Porto Mougás).

Para información sobre la barca-taxi que cruza el río Miño entre Caminha y A Guarda, ved Al Loro de la etapa siguiente.

El camino pasa bajo la Torre do Relógio, por la única puerta que se conserva de la muralla medieval, muy cerca de la iglesia da Misericórdia, con portada renacentista y exuberante interior barroco. Otra visita obligada es la iglesia matriz de Nossa Senhora da Assunção, con elementos góticos y manuelinos, en cuya cabecera debemos buscar su famosa gárgola impúdica, muestra de la antigua enemistad entre Portugal y España.

En las pastelerías de podemos probar algunos de sus dulces tradicionales: caminhenses, pasteles de masa húmeda y esponjosa rellena de crema; petingas doces, hojaldres en forma de sardina también con crema y cacahuete; sidónios, rellenos con pasta de almendra; o las mokas, hojaldres con crema de café.

El pez icónico del río Minho es el sábalo (en portugués sável). En Caminha y Vila Nova de Cerveira se suele servir con arroz de debulho, antaño plato humilde elaborado con la cabeza, aletas y huevas del pescado.