Camino Primitivo: La variante de A Proba de Burón
Regresamos al Camino Primitivo para plantearnos, como lo hicimos recientemente en A Gudiña o en Borres, una pregunta: ¿por qué casi nadie elige la alternativa septentrional la Proba do Burón?
Aquí la respuesta no tiene que ver con la distancia, ya que si desde la bifurcación situada en Paradanova, por la vía de A Fonsagrada son 10,145 km hasta Hospital de Montouto, a través de la de A Proba de Burón son 11,288, o sea, poco más de 1 km. Si la variante meridional gozara de predicamento pocos tendrían inconveniente en añadir esos 10-15 minutos a la marcha.
¿Se trata acaso de un problema relacionado con la orografía o la dureza del itinerario? Pues tampoco, ya que si bien hay algo más de cuesta por A Proba, siendo preciso bajar hasta el valle en el que se asiente el núcleo para retomar luego la cota de la sierra do Hospital, entre los 900 y los 1.087 m de altura, no existe una gran diferencia con la ruta meridional, que discurre entre los 850 y los 975 m.
A priori, además, la ruta septentrional de A Proba parecería tener más atractivo que la que prosigue en paralelo a la carretera LU-530, debiendo cruzarla varias veces.
¿Entonces, cuáles son los motivos de la deserción?
Pues bien, en primer lugar la rutina consolidada de las etapas y la oferta de los servicios, ya que en el Camino Primitivo, y menos en esta zona montañosa, no resulta tan fácil improvisar como en, por ejemplo, el Camino Francés o el Camino Norte.
A Fonsagrada se ha convertido en un fin de etapa fijo para la mayoría de peregrinos que, a su vez, han pasado la noche anterior en Grandas de Salime: 25,2 km, una distancia asequible y normal. Por dicho motivo, la oferta de alojamiento se ha multiplicado en los últimos años, y ahora la localidad ya cuenta con un excelente albergue público y otros tres privados, el último inaugurado este mismo año (Casa Cuartel). Al ser capital de concello, con una población que ronda los 1.100 habitantes, dispone además de todo tipo de servicios para el peregrino.
Asimismo, pasado A Fonsagrada, los peregrinos encontramos otro albergue-pensión próximo al camino, con bar-restaurante, en O Piñeiral, a 3,5 km de la villa.
¿Qué sería necesario para que la variante de Burón fuese más popular?
1. Antes que nada, que se señalizara y potenciara el enlace que existe desde A Fonsagrada, pues se puede alcanzar sin dificultad la ruta alternativa sin necesidad de regresar a Paradanova. Basta con tomar, junto a la Pensión Casa Manolo, el titulado como Camiño da Proba, bonita pista de tierra en la que desemboca el procedente de Paradanova antes de cruzar la carretera LU-740.
2. Quizá tendría que modificarse la descripción que Turismo de Galicia hace, en el cartelón situado en Paradanova, de las dos variantes, calificando la de A Fonsagrada de dificultad Media, y la de «Burón», de Alta, que tampoco es para tanto, pues la de la primera nos parece realmente baja, y la de la segunda podríamos dejarla en media.
También los divulgadores tendríamos que recomendar esta ruta a quien prefiera los caminos de monte, silenciosos y solitarios, pues no cabe duda de que esta podría ser su mejor carta de presentación frente a una ruta, la inferior, «más domesticada».
Y todo ello sin olvidar la historicidad de una vía que atravesaba la que fue capital de la Terra do Burón, y antes que A Fonsagrada fuera la capital del municipio, contando con los hospitales medievales da Santa Trindade, da Reina, Santiago y San Lázaro, casi nada.
3. Otro problema es la ausencia de servicios. No es un tramo largo, cierto, pero si hubiese un albergue en A Proba de Burón otro gallo cantaría, o al menos un bar que destacase por su buen trato a los peregrinos.
Descripción de la Variante de Burón
Partimos de Paradanova, junto al marco 155,965, en paralelo a la LU-701, pasando bajo ella para iniciar una subida, por un camino ancho de tierra, hasta un aserradero desde el que divisamos la localidad de A Fonsagrada. Aquí un cartel viario señala 1,5 km a Fonsagrada, y 2,2 km a la Proba de Burón.
Comienza aquí un bonito descenso, entre robles y castaños, con tramos encajados y de firme pedregoso y resbaladizo cuando llueve. Escoltado por muros de piedra seca cubiertos de musgo, cruza la LU-740 para proseguir en pronunciado descenso hasta el valle.
Ya a la vista de A Proba, una pista asfaltada se dirige al antiguo núcleo cruzando los puentes Grande y Pequena por la Praza Mao-Tse-Tung, pasando junto a la iglesia de A Madalena (s. XII), de un par de hórreos teitados y de la Casa do Capador, para descender luego, a la vista de la arruinada torre medieval del castillo de los condes de Altamira que corona el otero, ante a la capilla de San Xosé (s. XVII). Un moderno edificio que antecede a la torre, cosas que solo pasan en la Galicia Canibal, ha destruido la armonía del conjunto en la salida del Camino.
Entre prados de siega comienza aquí una dura rampa por el Camiño da Bastida, siendo ahora constante la vista de A Fonsagrada al otro lado del valle. Nos causa profunda tristeza el comprobar que sus laderas van siendo repobladas de forma masiva por eucaliptos, hecho que acabará por destruir la belleza de una zona de montaña que hasta hace un par de décadas se había visto libre de esta plaga, mayormente promovida por las celulosas de Navia y Pontevedra, y por una visión antiecológica y cortoplacista del aprovechamiento forestal, algo que contrasta con la gestión que debería ser realizada en una Reserva da Biosfera, tal la que lleva el nombre de Eo, Oscos y Terras de Burón. La comparación con Asturias, todo lo que hemos visto en la zona de Tineo, Allande y Salime, es demoledora para Galicia, donde parece reinar la dejadez, el que cada uno haga de su capa un sayo, y el cortoplacismo político unido al beneficio rápido.
Sigamos…. Desde la Casa da Bastida una pista forestal de tierra asciende más suavemente entre repoblaciones de pino insigne y eucaliptos, con algunos abedules residuales que alternan con los pastizales, por el Chao de Pibial. La visión se extiende hacia el norte hasta una decena de leguas.
En todo momento bien balizado, el camino desemboca, en Xestoso de Riba (más hórreos teitados), en la carretera procedente de Vilardongo. La tomamos a la derecha para recuperar enseguida nuestro rumbo, a poniente, por una nueva pista forestal, denominada Camín Francés, que se dirige hacia un parque eólico.
Tras avanzar 1 km por un altiplano, un último ascenso, al pie de los aerogeneradores ocultos por un monte de pino negro y abedules, nos lleva a la máxima cota del tramo rodeando el pico Muradal: la Lomba das Modorras (a 1.087 m). A partir de aquí el paisaje se abre y ya divisamos, con la compañía de otro eólico, el asentamiento de Hospital de Montouto.
Hacia las ruinas del que fue estratégico y caritativo hospital, fundado por Pedro I el Cruel en 1357, nos dirigimos junto a un menhir, la Pedra Labrada, y a unos metros del monumental dolmen de Pedras Dereitas, que ha perdido su cubierta. A continuación atravesamos el Hospital Vello de Santiago de Montouto, cuyas ruinas han sido consolidadas (lástima que no se haya recuperado su función), para confluir, junto a la vieja ermita y la moderna capilla de Santiago, con la variante de A Fonsagrada.
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