Carlota: de Fisterra a Jerusalén pasando por Santiago y Roma
[“Para encontrar nuestro camino, mi propuesta es conocernos a nosotros mismos porque, aunque duro y escabroso, con tiempo y sinceridad interior puede ofrecernos algo sorprendente. En segundo lugar, creo que debemos desechar la idea de que existe un «camino ideal». Los caminos exitosos de otras personas no tienen por qué conducirnos a nosotros a la felicidad y la autorrealización, ojito con esto. Y el tercer escalón, para mí el más fácil si has conseguido atravesar los dos primeros es: dar el paso”.] Carlota Valenzuela, de su blog.
Una gran aventura en la vida. Así se puede definir el no largo, sino larguísimo viaje, ¡perdón!, peregrinación con todas las de la ley, que ha emprendido Carlota Valenzuela. Esta joven, granadina de 29 años, partió desde Fisterra el 2 de enero del año del Señor de 2022, en cierto modo reviviendo los pasos de Egeria en el siglo IV; tardará un año en completar la ruta. ¿Una promesa, un reto, un empoderamiento, un camino de fe? No hagamos elucubraciones ni colguemos etiquetas tintadas de prejuicios, es mucho más fácil que se lo preguntemos a ella, que hoy se encuentra cerca de Ribadesella, y mientras camina, conversa con nosotros.
¿Año nuevo vida nueva, o al menos un viaje que puede cambiarte la vida, no crees?
Por supuesto, ya antes de empezar fue así, y seguro que todo cambiará, lo que no sé aún es en qué dirección.
Seguro que muchas personas de tu entorno, al conocer tu decisión, habrán pensado, “¡está loca esta chica!”, pero quienes estamos en el mundillo del Camino podríamos darle la vuelta a la tortilla, ¿no serán los locos, pobres locos, aquellos que se quedan quietos?
Lo que siento es que cada uno tiene un camino particular, pero lo que Dios pone en el corazón de cada uno es diferente. No resulta fácil entender los caminos de los demás. Puedo comprender que mi decisión a algunos les pueda parecer absurda, es algo natural y sano, no todos pueden entender los caminos de los otros, sobre todo cuando estos son, hasta cierto punto, rompedores.
¿Por qué siendo una peregrinación cristiana, así lo has declarado, que te planteas tu viaje para el crecimiento espiritual, se te ocurrió comenzar en Fisterra, que algunos indocumentados consideran poco menos que un santuario pagano o panteísta?
La elección tenía un sentido, más que religioso, como conceptual: partir desde el que fue el fin del mundo hacia lo que considero como el principio de todo, Jerusalén. Es por ello que no comencé en una iglesia, sino en el cabo, era algo de dimensión poética, del fin al principio, de la omega al alfa.
Vamos a dar por supuesto que eres un culo inquieto, eso es de nacimiento, pero tu perfil…, digamos que no encaja en la del rebelde sin causa. Estudiante brillante, trabajo estable en una multinacional como Acciona, pareces una persona un tanto sistémica. ¿A qué viene entonces esto de pasarse un año recorriendo el mundo hasta Jerusalén con una excedencia laboral, con una carta de presentación del obispo auxiliar de Madrid, esto me suena a los viejos tiempos, o será la revolución venidera de la generación Millennial?
¡Nooo, ninguna revolución generacional, algo mucho más sencillo y humilde! Todo parte de la necesidad y la vivencia de una persona de fe, no hay otro modo de entenderlo, que en mi vida espiritual Dios me pedía un poco más de atención. Tuve la suerte de mostrarme sensible a esta llamada, que traduje en una experiencia de vida itinerante y peregrinación. Creo que estaba preparada por lo que había vivido antes en diferentes países y culturas, por ejemplo en Marruecos o Calcuta.
Has preparado a conciencia el viaje, aunque sin la previsión del alojamiento. ¿Por qué el Camino Norte?
El itinerario está diseñado, pero se encuentra abierto a modificaciones en función de lo que vaya ocurriendo. Lo del Camino Norte ha sido para evitar las posibles nevadas en el Camino Francés, el frío invernal en la meseta, y también por el tirón del mar. Además conozco gente en Santander, Bilbao, San Sebastián…
Por cierto, puedes patentar la fórmula de los 6 kg para ir a Jerusalén, seguro que muchos de los que, simplemente, van de Sarria a Santiago, pagarían por ella.
Esto lo he logrado dejándome aconsejar por unos amigos, montañeros experimentados, de Granada. Ellos me recomendaron que no escatimara a la hora de adquirir ropa técnica buena, térmica, y solo llevo dos conjuntos para andar y uno de descanso, un saco bueno y ligero. Para un viaje tan largo vale la pena apostar por buenos materiales.
¿Forman parte el miedo, o la desconfianza, de tu equipaje? Esos sí que pesan y mucho.
Cierto, el miedo y las preocupaciones sí que pesan. Al principio me daban reparo las posibles limitaciones físicas, que el cuerpo no aguantase, y por eso planteé un recorrido de etapas cortas, en torno a 20 km por etapa, con un descanso de un día cada semana. También me preocupaba la idea de pernoctar sola en los albergues, que me pudiese pasar algo, perderme por ir al revés,… todo esto pesa, pero no sirve de nada preocuparse. La prudencia y el sentido común son las máximas de mi viaje.
No me quiero meter en camisa de once varas, los asuntos de fe, la búsqueda de Dios…, pero, como decía Machado, ¿hablando sola esperas hablar con Dios un día? Por lo que has declarado, tu pasión por San Ignacio, pareces una persona con vocación religiosa. ¿Has oído hablar de Egeria, pareces su reencarnación?
Sí, mi peregrinación es 100% religiosa, es un camino de fe. Lo dejo ahí. Y sí, he oído hablar de Egeria, claro, que bueno que lo traigas a colación.
En fin, ¿hasta ahora todo va discurriendo como esperabas?, si es que esperabas algo, o no tiene nada que ver con lo que te imaginabas.
Tampoco generé muchas expectativas, pero de forma inconsciente sí que te imaginas cosas y situaciones, y la verdad es que están pasando muchas cosas diferentes. No me esperaba, sobre todo, tantísima generosidad. Hablo de la acogida, de la hospitalidad, no me esperaba que fuese tan fuerte, me han abierto las puertas de las casas como si fuese una hija, compartiendo conmigo su vida diaria, comida, hogar, preocupaciones.
Entonces te has topado sobre todo con buenos samaritanos ¿y los histéricos covidianos?
No, no ha habido de eso. Solo que alguna familia no me ha podido acoger por haber tenido positivos por Covid en su núcleo o entorno, pero en general todo bien.
¿Y el síndrome del invierno, máxime al hacer caminos de Santiago al revés? Supongo que no estarás coincidiendo con mucha gente. ¿Puedes con tanta soledad? Cuéntanos algo de tu rutina diaria.
Mi rutina diaria se divide en dos. No suelo madrugar, hace mucho frío a primera hora, suelo salir entre las 9 y las 10, me gusta caminar con el sol del día, lentamente, y ahora estoy teniendo mucha suerte con el tiempo. La primera mitad del día camino, hago oración y reflexión, disfruto del paisaje.
La segunda parte, después de comer siempre tarde, en torno a las 15 h, la suelo compartir con las familias que me acogen. Entonces llega el momento esponja de aprendizaje, saber cómo vive la gente, qué piensa, el intercambio de experiencias. También he estado en albergues, y como no hay peregrinos puedo leer y escribir, también es algo bonito.
Mi lema es, frente a la inmediatez y la aceleración de la vida cotidiana, la ausencia total de prisas. Mi Camino no es un reto, quiero vivirlo despacio, saboreándolo paso a paso. Quizá me detenga en algún sitio a hacer voluntariado unos días.
¿Algún susto?
Nada, gracias a Dios.
¿Sigues muy conectada al mundo, más allá de la familia, con los amigos y las redes sociales (veo que aquí sí hay tela, blogs, youtube..), o has preferido aislarte en una burbuja sin interés por lo que pasa a tu alrededor?
No estoy muy conectada, cuento poco. Me quieren seguir, pero soy bastante desastre para escribir con disciplina todos los días. Ya ves que el blog que diseñé para el camino está parado. Con la familia sí contacto a diario. Pero fíjate, no tengo activadas las notificaciones de Instagram o WhatsApp.
Supongo que ya eres consciente de que tendrás que usar varios pares de botas en tu ruta…
Tengo previsto cambiar las que ahora llevo, de invierno, por otras de primavera del mismo estilo.
Yo, desde luego, soy de los que profesan una sana envidia por lo que estás haciendo, creo que eres una privilegiada, valiente, y quizá sin saberlo, una antisistema. Por cierto, ¿no crees que el cristianismo tiene hoy en día mucho de antisistema?
Va en el ADN de un cristiano no vivir para el mundo, en ese sentido es cierto.
Y ya para concluir, antes de Jerusalén: Lourdes, Roma, Asís… ¿vas a solicitar la audiencia con el papa Francisco?
Pues no lo había pensado, pero ahora que me lo dices es una buena idea.
Por cierto, cómo te imaginas el regreso, ¿de verdad crees que volverás a tu vida normal, al puesto de Acciona? Yo apostaría, bastante, a que no.
Yo no apostaría, no me gusta hacer apuestas. Espero que el Camino me vaya contando, ya veremos…
Pues volveremos a contactar contigo para que nos vayas contando no solo lo que ves, o lo que te pasa, sino tu transformación personal. Desde Gronze te deseamos sinceramente un ¡BUEN CAMINO!, en mayúsculas, Carlota.
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