El Camino del Norte, ¿Patrimonio de la Humanidad?

El Camino de Santiago, desde Roncesvalles y desde Somport hasta la capital gallega, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1993. Ello le aseguraba una importante promoción turística, pero también una responsabilidad en su protección. Antes, en 1987, el Consejo de Europa ya lo distinguió como Primer Itinerario Cultural Europeo, lo que garantizaba cuantiosas subvenciones anuales. En el año 1998 también fue declarado Patrimonio de la Humanidad “Los Caminos de Santiago en Francia”, y los hechos demuestran que han sabido sacarle partido al importante reconocimiento sin dilapidar su patrimonio.

En la declaración de Patrimonio de la Humanidad existía ante la UNESCO un compromiso de protección del camino y su paisaje que las administraciones españolas, casi sin excepción, han ignorado olímpicamente a pesar de las advertencias del organismo de las Naciones Unidas. El Camino Francés y Aragonés están desde hace años en un proceso de destrucción galopante que afecta a un patrimonio histórico, cultural y paisajístico de valor incalculable. La inopia intelectual de algunos administradores de los bienes públicos permite la devastación irreversible de la milenaria ruta jacobea, que debería ser sagrada por un elemental respeto a los millones de peregrinos que por ella pasaron. Y por los millones que pasarán, futuros peregrinos que también aportarán riqueza, y mucha, a los pueblos del camino.

Son incontables los atentados que ha padecido el camino en los últimos años, en forma de urbanizaciones, muchísimas urbanizaciones, campos de golf, polígonos industriales, pistas asfaltadas y autovías que no han respetado (habiendo alternativa) ni el camino ni el paisaje. Y el futuro todavía se presagia peor: la proyectada macro-urbanización de Guenduláin, a la salida de Pamplona y pasado Cizur, donde se pretende construir nada menos que 19.000 viviendas y que engullirá bajo el asfalto varios kilómetros del Camino; el recrecimiento del embalse de Yesa, que triplicará su capacidad y provocará el abandono de algunos pueblos por los que pasa el Camino Aragonés; el polígono industrial de O Pino (la constructora es FADESA), actualmente con una suspensión de obras por un recurso de la AGACS, y que destruiría, de llevarse a cabo, uno de los bosques mejor conservados del último tramo gallego; y la futura autovía de Logroño a Burgos, que amenaza el camino a su paso por los Montes de Oca. Y esto sólo son los proyectos más espectaculares, porque la lista es larga.

Y la solución se presagia difícil. Las Asociaciones y Federaciones, uno de cuyos principios más importantes es la defensa del Camino, tienen poca capacidad para detener o modificar obras que se llevan a cabo aduciendo que son “de interés general” o “para el progreso económico”. Además, no hay unidad ni coordinación, y cada entidad actúa de forma independiente. Y muchas reciben subvenciones públicas (¿son necesarias?), lo que influye de forma evidente en su capacidad de crítica.

Mal pintan las cosas. Negros nubarrones se ciernen sobre el futuro del principal Camino de Santiago, uno de los caminos más importantes del mundo, una inmensa universidad de arte e historia a cielo abierto, un camino difusor desde hace siglos de conocimientos en Europa y raíz de su unidad cultural.

Dicha introducción viene a cuento porque los presidentes de las comunidades de Cantabria y Asturias anunciaron el pasado día 30 de julio que habían iniciado los trabajos para solicitar a la UNESCO la declaración del Camino del Norte como Patrimonio de la Humanidad. No dijeron los motivos que les impulsa a ello. ¿Para la promoción del Camino del Norte o para la protección de su integridad? Estaría bien saberlo.

Comentarios
Gregorio (no verificado)
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Una buena ojeada sobre el Camino, has tenido acierto con esta página, muy elegante. Una buena ojeada sobre el Camino, has tenido acierto. Aparentemente, uno de los problemas a la hora de coordinar las actuaciones de preservación del Camino y su entorno, es la dispersión de entidades y autoridades con competencia sobre el mismo. Posiblemente con un único organismo responsable del Camino, de la recepción de recursos y distribución de actuaciones, se podría paliar. Los ayuntamientos y entidades territoriales elaborarían los proyectos de actuación que, necesariamente, deberían de ser supervisados y autorizados por ese organismo. Por otro lado, la política de expansión incontrolada de la “ocupación humana”, totalmente innecesaria, sólo con miras de explotación, agota los recursos naturales de forma rápida e irreversible. Es hora (casi tarde) de exigir políticas de economía sostenible, al estilo de los parques naturales, que no degraden el Camino. Zonas excluidas a cualquier intervención, zonas controladas, zonas compartidas, etc. Galicia no es el Camino de Santiago, ha sido quién más ha recibido del Camino y a la vez, quién más ha explotado el recurso, con una total falta de respeto, asfaltando, talando, desviando, etc. Muchas de las inversiones de esa comunidad han sido puro derroche y propaganda, y por cada monumento restaurado con mayor o menos acierto, se han ido gran cantidad de millones en macroconciertos, por cada metro de empedrado restaurado se han asfaltado kilómetros de caminos y corredoiras. Es un ejemplo de lo que no hay que hacer. El Xacobeo les ha llenado la boca y se les ha ido de las manos. Si el Camino es conocido, no lo es solo por sus paisajes y entorno, fundamentalmente lo es por ser una tradición peregrina. Las autoridades han confundido peregrinación con turismo masivo y se ha potenciado esa figura sin poner los medios necesarios de preservación del Camino. El Camino del Norte se merece la declaración de Patrimonio de la Humanidad, esperemos que los políticos estén a la altura de esa declaración o, por lo menos, los ciudadanos tengan conciencia de lo que supone esa distinción y defiendan el entorno y los valores del Camino con igual ahinco. Tampoco debemos de confundir progreso y crecimiento desordenado. España ha sido mucho tiempo (ya lo decía el ministro Solchaga) el “país del pelotazo”, no podemos poner en el mismo nivel un pantano, fuente de vida y riqueza para muchos ciudadanos, que un campo del golf. Respecto a Yesa y su afectación al Camino. Sigo siendo crítico, a priori, sobre la construcción de macropantanos, más aún en zonas tan castigadas como el Alto Aragón. El actual embalse inundó la vía natural, paso desde los valles del Aragón y el Aragón Subordán, con el actual recrecimiento se terminará el trabajo. No creo que sea peor ni menos irremediable que el pantano del Miño a su paso por Portomarín, pero espero que la actuación de las autoridades sea menos arbitraria y más cuidadosa. Esperemos que en Aragón el Camino sea declarado Patrimonio de la Humanidad, surjan las subvenciones y los políticos no las derrochen, (mucho esperar me parece). Un abrazo y buen Camino.
Hola Gregorio, Gracias por tu interesante aportación. Estoy de acuerdo contigo, y sin lugar a dudas no se puede meter en el mismo saco un pantano, que puede ser discutible si es o no es de interés general, que un campo de golf, que sin duda no es de interés general. De hecho, Yesa no afectará gravemente al itinerario del Camino (simplemente volverá a cambiar de cota), pero sí a la economía de algunos pueblos como Artieda. No dudo que el Camino del Norte merezca ser Patrimonio de la Humanidad, pero está claro que ello no es ninguna garantía de protección. Ojalá alguien te escuche y algún día vemos los Caminos de Santiago protegidos por un figura jurídica tan potente como lo son los parques naturales. Un abrazo y buen Camino.
He creado un blog sobre el camino. Haber que os parece. Un saludo. http://elcaminode.blogspot.com/