Camino Norte: Por fin un albergue de peregrinos en Gijón

El Camino Norte, que tras ser declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 2015 se iba a comer el mundo, no está pasando por sus mejores momentos. Si en 2019 ya había sido superado en número de peregrinos por los caminos portugueses Central y de la Costa, el segundo año triunfal de la plaga covidiana lo ha relegado, inesperadamente, tras los caminos Primitivo e Inglés, y hasta él se ha aproximado la inquietante calima que afecta desde hace tiempo a la Vía de la Plata.

Visto lo cual, porque algunos ya se apresuran a buscar culpables, las administraciones locales se van poniendo las pilas antes de que los señale el dedo acusador, y máxime el ayuntamiento de Gijón, hoy por hoy la ciudad más desasistida, en lo que a acogida de peregrinos atañe, de todo el Camino Norte.

El frustrado proyecto de la Casa Paquet, elegante palacete neo-renacentista situado en el casco antiguo frente al puerto deportivo, que no cuajó como albergue de peregrinos, va a ser ahora sustituido, si Hermógenes no lo gafa con su magia, por la instalación proyectada en el edificio Vicasa. Dicho contenedor, que se sitúa en el barrio de La Calzada, justo al lado de un centro comercial y en las inmediaciones de la salida del Camino hacia Avilés, formó parte, como edificio administrativo y de viviendas, del complejo Gijón Fabril, y data de los albores del siglo XX. Al contemplarlo por vez primera, lo primero que se nos vino a la cabeza fueron los almacenes y fábricas del barrio lisboeta de Alcântara.

Con un presupuesto de 1.577.161 euros la obra será sufragada, del mismo modo que en Bilbao y dentro del capítulo destinado al Plan de Sostenibilidad Turística, con los fondos europeos Nueva Generación. Los trabajos darán comienzo este mismo año, y está previsto que concluyan para la temporada de 2023. El albergue contará con 62 plazas distribuidas en las tres plantas disponibles, y también con un almacén para bicicletas, salas comunes, cocina, etc.

Ni se imaginan, en Gijón, cuántos peregrinos de los últimos tiempos habrán tomado en Villaviciosa las de Villadiego, perdón, las de Oviedo, por la ausencia de un albergue en la ciudad. Pero más vale tarde que nunca; eso dicen.