Camino de Santiago en Galicia: aguas poco recomendables para el baño

Nos vamos a trasladar ahora a Galicia, meta de todos los caminos, para centrarnos en un aspecto poco divulgado y que, sin embargo, reviste cierta relevancia de salud pública. No es nuestra intención hablar de la calidad de las aguas para su consumo, pues ya nadie, o casi nadie, bebe en los ríos a no ser en los arroyos de alta montaña y con cierta garantía, sino en otro asunto: la calidad de las aguas para el baño.

Es sabido, sobre todo cuando llega el tórrido y cada vez más prolongado verano, que los peregrinos somos aficionados a refrescarnos, o darnos chapuzones, en los ríos, en algún caso provistos de playas fluviales, y en las rutas próximas al mar, o cuando llegamos al Finisterre, también en el océano. Pues bien, aunque la mayor parte de estos espacios para el baño son aptos (97%), gozando de buena o excelente calidad, hay algunos que no resultan en absoluto recomendables por estar contaminados por bacterias, lo más común, o metales pesados. Esto no es algo que nos inventemos nosotros, que no tenemos ningún interés en asustar a nadie, sino que cada año publica, tras exhaustivos análisis, la Dirección Xeral de Saúde Pública (Consellería de Sanidade, Xunta de Galicia).