Noticiario 2019: Los últimos horrores del Camino

Payasadas Reunidas S.A., por ellos titulada Santigua (santiguarnos lo hemos de hacer nosotros, al modo de las abuelas de Forges), o el desembarco en pleno agosto de un grupo de buzos, con sus trajes de neopreno, aletas y hasta bombonas de oxígeno (lo sentimos, Correos), en plena Plaza del Obradoiro y con un regalito especial de su mentor, el ínclito presidente de Cantabria (empieza por an- y acaba por –choas). Propuesta bien envuelta en mandangas de protección de los mares y contra los plásticos, esto nunca falla.

A alguien se le ha ocurrido una nueva modalidad de peregrinación, y han aprovechado su ruta de Hondarribia a Compostela, suponemos que en la última etapa remontando el Sar, colocando monolitos submarinos (¡!). Para ella se solicitan, con la venia, todos los honores del peregrino tradicional, o sea, el poder sentarse a la derecha del Maestro, como había pedido la madre de los Zebedeos, y obtener la Compostela. No sería extraño que se la concedan, porque el papelito está de rebajas y pulpo, perdón buceo, se puede aceptar sin problemas como revolucionaria tipología para hacer el Camino. Los tiempos cambian, es que no nos enteramos, y el cabildo compostelano está a la vanguardia de la modernidad.

Siento de todo corazón que mi admirado Pérez Reverte haya caído en la trampa saducea de haber aceptado escribir este guión de intriga y crímenes para Antena 3, tres asesinatos en serie por la ruta jacobea, pues pese a admitir que se trata de un «trabajo mercenario y divertido», no deja de caer en ese manido esquema de utilizar un enclave famoso para captar al gran público en una nueva mandanga policíaca. A los productores no se les cae la cara de vergüenza al señalar que el objetivo de serie es, nada más y nada menos, que «promocionar la ruta jacobea en Europa», faltaría más, a ver si cae alguna ayudita pública entre asfixias, degüellos y tiros.

Si a raíz de la serie, por imitación o inspiración, alguien cometiese algún crimen similar en el Camino a los que se relatan, propongo galeras para las productoras Golden Pro, para más inri gallega, y Cheyenne Films, alemana.

Si a Tomás todo se le debe, por su infinita bondad, a los que se envuelven en trapitos históricos, con la intención última de hacer negocios, hay que tratarlos con la mayor de las precauciones. Esto es lo que ha sucedido con el desembarco del Gran Priorato de España Orden de los Caballeros Templarios Federiciani, que mediante convenio se ha hecho con la que había sido Casa de Ejercicios Espirituales de Pontedeume, propiedad del siempre solícito Arzobispado de Santiago, para crear un macro-albergue en el que, citamos textualmente, los peregrinos «encontrarán la Paz y espiritualidad necesaria para momentos íntimos o en comunidad con nuestro Señor». Tras este proyecto está un empresario y viejo conocido del Camino, Mario Torres, que ahora ejerce como Gran Prior de España. Cada uno que saque sus conclusiones, aunque en la propia catedral ya hay quien piensa que al Arzobispado se la han metido doblada.

Ninguna manía persecutoria contra esta ruta en particular, con nueve ayuntamientos en la foto para subirse al carro del año santo como sea, una tentativa más de la tragicómica galería de petitorios que aguardan una pedrea en los despachos de la Xunta para ser reconocidas, y así optar al dinerito público de los albergues que les hace Turismo a los alcaldes, la señalización y la promoción, y luego al dinerito de los peregrinos en sus pueblos, que todos tenemos derecho a todo, lema de quien inventó el turbo-capitalismo voraz.

En la batidora de mezclar churras con merinas y galgos con podencos, ¿o serán incluso merinas con galgos?, el todo vale ya está llegando al summun desideratum de la cuadratura del círculo. ¿Nos preguntamos, nos a vos, que tendrá que ver la galaica Xeración Nós de principios del siglo XX con el Camino de Santiago para que se proponga como Variante del Camino Sanabrés? Basta ya de tanta metralla de feriantes disfrazada con memoriales históricos y de agravios, porque también hay vida, damos fe, fuera del Camino.

Regresamos a Galicia, más concretamente a Santa Comba, para toparnos con otra ocurrencia. A algún listillo de la informática se le ocurre crear una web en la que se vende, no es cachondeo, una credencial electrónica a base de códigos QR.

Quien quiera podrá leer las especificaciones técnicas en dicha página, pero como las 12 están al caer nos limitamos a comentar su peregrina y casposa idea, jueguecito para bobalicones, de los Caballeros y Damas de la Orden de Aymeric. Dicha orden virtual ha nacido, según sus propias palabras, «con el fin de engrandecer, si cabe aún más, el inmenso patrimonio que representa el Camino de Santiago», y sus miembros están llamados a «contribuir a una sensación de excelencia de realizar el Camino de Santiago» y de «crear un sentimiento fraternal entre los peregrinos de todo el mundo, y entre estos y los pueblos y gentes por los que discurre esta senda».

Esta es la parafernalia y verborrea que esgrimen los embaucadores de este nuevo tocomocho para que piquen las almas cándidas, porque para ser damita o caballerito se solicita una colaboración en crowfunding de 5 €, pero si quieres el rango de escudero toca soltar 50 €, para caballero 100 € del ala, y si largas 500 € no serás gran maestre, pero te mandarán un diploma en pergamino. ¿De juzgado de guardia?

Sobre Mario de bruces tres cruces y la última, para dejarnos el peor sabor de boca, plena actualidad: la línea de alta tensión que va a destrozar el entorno del Camino Portugués en Angueira de Castro, Sisto, el mítico castro Lupario y el pazo do Faramello. Inconcebible pero cierto, a las grandes empresas eléctricas les importa un carajo el patrimonio cultural, y los prolegómenos pasan por rasurar el terreno que atravesará el tendido sin piedad por los bosques autóctonos: que diría Aureliano Buendía, «una acción tan rápida, metódica y brutal, que pareció un asalto de militares». En este caso la presión social puede frenar el atentado, todavía tenemos esperanza.