Gronze.com ingresa en la UCI

Uno de los propósitos que hice al empezar la web Gronze.com fue hablar poco de la propia web (lo justo, porque los que me conocen ya saben que mi ego es muy pequeño ;-)) y mucho del tema que trata, de los camino de Santiago y otros senderos de medio y largo recorrido. Ahora toca hacer una excepción. Como es una perogrullada decir, detrás de una web siempre hay una o varias personas, con sus circunstancias personales.

La tarde del día 2 de enero, al salir de mi casa, tuve un fuerte dolor en el estómago, que confundí con un flato un tanto extraño. Así que me tomé una cañita en un bar, confiando en que el derivado de cebada me sentaría bien. Una hora después, y como la supuesta medicina no había surtido ningún efecto y la cosa iba a peor, fui a un centro médico. Me hicieron un electrocardiograma y me dijeron que tenía un infarto agudo de miocardio. Por supuesto, les dije que el aparato ese del electro no funcionaba bien, y que yo, con 42 años, una salud de hierro, sin haber fumado nunca (Zapatero y yo somos los únicos de mi generación que decimos que nunca hemos fumado ni un porro, y en mi caso es cierto), y con miles y miles de kilómetros en mis piernas cruzando valles, montañas y ríos era imposible que tuviera un infarto. Pero no, resultó que el aparato funcionaba bien. Luego llegó la ambulancia, dos días en la UCI, dos más en la UVI, y 11 días en la planta de cardiología, que como pueden ustedes imaginar es un lugar de lo más juvenil y alegre. Los domingos por la tarde de allí hasta la muerte se escapa corriendo.

Después de tres cateterismos y doscientas mil (más o menos) pruebas de todo tipo, colores y sabores, los cardiólogos llegaron a una conclusión: hay que operar, un triple by-pass. Y ahí estamos, como diría Sabina, “amargo como el vino del exiliado”, “inquieto como un párroco en un burdel”, “extraño como un belga por soleares”, “inútil como un sello triplicado” y “solo como un poeta en el aeropuerto”.

Así pues, mañana ingreso en el Hospital Mutua de Terrassa, el 27 me llevan en ambulancia (les comenté que había un GR, pero no me dejan ir andando) al Hospital Clínic de Barcelona y el 30 me operan como quien no quiere la cosa. Me siento como si estuviera estirado sobre el asfalto y una máquina trituradora estuviera a punto de pasarme por encima. Luego, en el supuesto que todo vaya bien, la recuperación será larga. Así pues, amigas y amigos, Gronze.com queda en stand-by hasta que me hayan instalado los turbo en el corazón y ya no haya camino que se me resista. Como diría el Dr. Fernández, después de torcer la boca con una mueca y hacer un ligero chasquido, “es lo que hay”.