Abre la Casa-Museo de Álvaro Cunqueiro en Mondoñedo

Antes de pasar a describir lo que nos vamos a encontrar en el edificio, que ha destinado parte de su espacio a una taberna (planta baja) con restaurante (comedor en la segunda planta, veremos como organizan el servicio en horario de visitas y con una única escalera), es obligado recordar que Cunqueiro también se aproximó en su escritura al Camino de Santiago. Lo hizo a través de numerosos artículos, pues una de las canteras predilectas de su mundo literario se desarrolló a partir de la historia y las leyendas medievales, pero también a raíz de un viaje, ya mítico, realizado entre O Cebreiro y Compostela.

Transcurría el año de 1962, y con el año santo de 1965 en el horizonte el Ministerio de Información y Turismo, para el que acababa de ser designado como titular Manuel Fraga Iribarne, pretendía difundir al máximo la impronta cultural del Camino de Santiago para atraer viajeros, al tiempo que se desarrollaba la red de paradores nacionales con la recuperación de edificios cargados de historia (Santiago de Compostela, 1954; Villafranca del Bierzo, 1959; León, 1964; Santo Domingo de la Calzada, 1965). Es entonces cuando a Cunqueiro le encargan, acompañado por el fotógrafo vigués de prensa Manuel García Castro (“Magar”), realizar este viaje, por supuesto en automóvil, para redactar una serie de artículos que serían publicados por el periódico El Faro de Vigo, y posteriormente agrupados en el libro El Camino de Santiago (1965), reeditado en 2004 bajo el título El Camino de las Peregrinaciones.

De aquella travesía, inconcebible aún cualquier atisbo de resurrección del secular peregrinaje, nació un relato impregnado de nostalgia, una crónica que hoy es pieza clave en la historia de la ruta jacobea del siglo XX.

Regresando al tema que nos ocupa, acabamos de estar en la casa-museo y, aunque su contenido material es modesto, no podemos dejar de recomendar a todo peregrino, de tránsito o pernocta en la ciudad, que la visite con atención. Entre sus atractivos, y acaso por ello la fuerza telúrica que inspiró al creador, el hecho de que el edificio sea un compendio estratificado de historia: cimientos romanos, estructura medieval en lo que fue un taller de azabache (las piezas que adquirían los peregrinos) y posteriores remodelaciones de las que aún restan pinturas al fresco del siglo XVI y otros elementos singulares.

En la primera planta, la Sala Sensorial nos introduce en la primera novela de Cunqueiro, Merlin e familila i outras istorias (1955), su obra más conocida y que, además, fue escrita en esta morada. Toda la magia de las tradiciones gallegas, combinadas con las leyendas artúricas, hace acto de presencia entre las nieblas del Masma, el río que alimenta este valle en el que parece haberse detenido el tiempo.

Si ascendemos al segundo piso en una pequeña sala, presidida por un banco en forma de barco de papel que parece querer evocar los viajes de Simbad (Si o vello Sinbad volvese as illas es una de sus novelas) conoceremos la proyección de Cunqueiro en la opinión de diversos escritores del presente, así como el gorro del mago Merlín.

En el faiado, que es como en Galicia se denomina al desván situado bajo la cubierta, nos introducimos en la parte más entrañable del museo: la habitación orientada a la plaza de la catedral, un rincón de lectura con sus obras para que podamos hojear los libros cómodamente sentados, el trasero orientado al jardín trasero donde escribía con su máquina Smith Premier 10, aquí depositada; pinturas, medallas, objetos personales…, y un audiovisual que plasma su viaje por el Camino Francés.

El recorrido no concluye aquí, pues si descargamos la audioguía ficcionada “Mondoñedo y Familia”, elaborada por el grupo de teatro Chévere, podremos alargarla 45 minutos recorriendo los lugares cunqueirianos de la localidad.

Nuestro autor, que por su carácter polifacético (novela, ensayo, poesía, teatro, artículos periodísticos), variada producción en gallego y castellano, gran erudición e imaginación han considerado como un trasunto gallego de Borges, y, muchos críticos lo han expuesto así, merecedor del Nobel, abre su casa a todos aquellos que deseen aproximarse a su mundo. Quizá muchos peregrinos, a través de este pequeño estímulo, acabarán cautivados con su Merlín e familia, As crónicas do sochantre o Escola de menciñeiros, las tres cumbres de su narrativa y todas ellas traducidas al castellano y a otros idiomas. En la lectura conseguiremos, en el buen sentido de la palabra, quedar embrujados.